Una histórica canasta de Kawhi Leonard mete a los Raptors en las Finales del Este
Al Hecho. | Toda la agonía posible estuvo presente en Toronto, en un duelo digno de un séptimo partido. Ganaron los Raptors, de la manera más extrema que existe. Y de la manera más dolorosa perdió Philadelphia, segunda derrota seguida en las semifinales del Este. No termina de avanzar The Process. En esta edición de 2019 no lo ha hecho principalmente por Kawhi Leonard, 41 puntos, dando valor y valor al traspaso de hace casi un año. Insistimos que La Garra llegó a Ontario para cosas como las de hoy, para playoffs así.
Una canasta que será eterna
Empezar por el final a contar las cosas es necesario en veladas como las de hoy. Antes de ello diremos que partido fue una batalla monumental de la que Philadelphia amenazó con bajarse hasta en dos ocasiones. Y en dos ocasiones, con un parcial de 2-14 en la primera mitad y otro de 0-14 en la segunda supo el cuadro de Brett Brown sostener el partido. Esos empujones, después de un primer cuarto plagado de errores, permitieron que en adelante el partido fuera un golpeo constante, y a rachas, de los dos equipos. Y todo por decidir en el último cuarto (67-64). El mal partido, porque en cuanto a acierto y calidad lo era en cierta medida, tenía la otra cara de la pasión, de jugar sin red, de un séptimo partido donde al igual que en las semifinales previas del Oeste, merecieron ganar los dos. Raptors y 76ers.
La canasta de Kawhi fue la que desequilibró todo, la que compensó 82 partidos y varios meses de Temporada Regular. Se vive para esto. Faltaban 4 segundos y 90-90 en el marcador, al que se había llegado porque precisamente Leonard solo había conectado, con 89-88, un tiro libre en la jugada anterior. Jimmy Butler, avieso y rápido, corrió para tratar de asegurar la prórroga y colocar ese 90-90 que se iba a encargar de destruir Leonard. Si La Garra ya había sido capaz en la recta final del choque de desatacar los más de tres minutos de los Raptors sin anotar, su noche no se podía quedar en el fallo del tiro libre. Lo habría dejado todo incompleto.
Con esos 4 segundos por jugarse y en pista de los 76ers, todos sabíamos que iba a recibir Leonard. Así fue. Lo que pasa es que con jugadores de esta talla a veces no puedes hacer nada. Ben Simmons salió a su encuentro y luego llegó la buena ayuda de Joel Embiid, quien aguantó todo lo pudo al rival en un lado y le forzó a un tiro no muy cómodo. Según sonaba la bocina, llegó el mayor suspense que se ha vivido en tiempo en la NBA. La pelota fue a dar en el aro una vez, dos veces, tres veces y cuatro veces. Y entró. Leonard asistía sentado en la esquina de la pista el desenlace. La vida deportiva fue ahí cruel con Philadelphia, con la buena defensa de Embiid, con el proyecto. Al término de una contienda feroz, un detalle, unos centímetros, hacen que un proyecto siga adelante, Toronto, y que otro se quede en barrena. Cruel y maravilloso, como ha sido esta serie, como están siendo estos playoffs.
Toronto regresa a las Finales del Este, su tope como franquicia, su hito más grande. Lo habían logrado antes en 2016. Fueron derrotados por los Cavaliers de LeBron, su pesadilla. El Rey ya no está. Ahora están otra bestia, de nombre Giannis Antetokounmpo, líder los Bucks. Todo vuelve a empezar este miércoles.