Un monumental Harden lidera a Houston a empatar la serie
Al Hecho. | De momento, aquello de que los Warriors suelen ganar un partido fuera de casa en los playoffs no se ha dado en las semifinales del Oeste, desde hace unas horas empatadas 2-2 tras el triunfo de este lunes de los Rockets, en Houston (112-108). La serie viaja ahora a Oakland para el quinto y, pase lo que pase, volverá a Texas para el sexto. Que haya séptimo en California el domingo está en el aire. Queda mucho.
Harden y más Harden
Houston ha hecho lo más difícil, levantar un 2-0 en contra. Ganó el sábado en la prórroga y anoche, con la boca fuera y sufriendo, también triunfó. En ambos duelos James Harden ha acumulado 79 puntos, algo no visto en la franquicia desde que un tal Hakeem Olajuwon encadenara 84 puntos en dos choques seguidos en 1995. Aquellos Rockets ganaron entonces su segundo y último anillo.
Harden no tiene anillo pero lo persigue. En el choque de fin de semana, 41 puntos y prórroga decisiva. Anoche, 38 unidades, 10 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones. Su hoja de tiro, 13/29 en lanzamientos de campo, con 6/17 en triples. En los tiros libres, 6/8. Uno de estos errores es más importante de lo que la estadística, a veces fría, pueda dejar. Le pudo costar el duelo a los Rockets.
Después de caer en el primer cuarto (25-28) y enderezarlo todo en un gran segundo cuarto (36-26 y 61-54), Houston, que llegó a gozar de un tope de 17 puntos de diferencia, presumió quizá de un final de encuentro cómodo, pues entraba en la recta final con 9 puntos de ventaja. El 110-101 anunciaba las mejores cosas para los de Mike D’Antoni pero un parcial de 0-7, rematado con un triple del inexplicablemente discutido—por algunos—Stephen Curry dejaba a falta de 19 segundos una vida entera para Golden State (110-108). Curry, 30 puntos y sobre todo un buen arranque de velada, y Kevin Durant, que sigue fino fino y se fue hasta las 34 unidades, fueron los bastiones de los de Steve Kerr.
Con 110-108 Houston tenía la bola y el 2-2. Inteligentemente la posesión fue a parar a James Harden, quien fue objeto de falta. La Barba llevaba otro duelo memorable a sus espaldas, ojo averiado mediante y cansancio casi eterno de una Temporada Regular a ritmo de MVP. Erró un tiro libre, lo decíamos, y pudo ser vital. De ahí salió Houston con un escaso 111-108 frente a un equipo que te puede hacer un triple sin pestañear. Lo intentó Durant desde el perímetro y falló, pero la prórroga todavía era posible porque los Warriors cogieron el rebote ofensivo… y Curry no encestó su intento de triple.
Con tres segundos, Chris Paul había cogido el rebote clave. Durant buscó el milagro de hacerle falta y que fallara los dos. CP3 le puso suspense enviando fuera el primero. Convirtió el segundo. Fin. Y 2-2. Empieza todo de nuevo