Los Warriors remontan 15 puntos en la segunda mitad y se ponen 2-0
Al Hecho. | Nunca hay gloria sin sufrimiento y los Warriors lo pasaron en el Game 2 de las Finales de Oeste. Tras lo visto en el primer partido del martes 14 de mayo, se podría presumir que el 2-0 estaba más cerca que el 1-1. Y sin embargo, durante buena parte de la velada de jueves fue al revés. Ganaron los Warriors a los Blazers, sí, por 114-111. Y pusieron el 2-0, medio pie en otras Finales de la NBA. Pero mediada la contienda, la cosa era muy diferente.
Los Blazers arrancan a ritmo de triple
Cuando un rival suma de tres en tres y de manera veloz es normal que se te vaya en el electrónico. Portland llegó al Oracle con la mira desde el perímetro completamente ajustada. Y empezó a disparar al rival con triples y más triples. Una primera mitad muy efectiva, con C.J. McCollum, con Damian Lillard—no hay que olvidar que es nativo de Oakland—y con Seth Curry, siempre a la sombra mediática de Stephen Curry. Tiene que vivir con ello, pero es un tremendo jugador.
En el otro lado de la pista, precisamente solo Don Stephen era capaz de mostrar alguna respuesta al golpeo de los de Oregón. Quizá aquí sí echaron de menos los Warriors a Kevin Durant y es importante remarcar este punto, porque no hay un equipo que sea mejor sin que en él juegue uno de los mejores de mundo. Durant lo es y sube el nivel de Golden State. Parecen obviedades, pero no está de más remarcarlo.
‘Golden Quarter’
Así lo llamó la NBA en su retransmisión. Y es que lo fue. Un cuarto de oro, dorado, donde se puso buena parte del 2-0. Volvieron los de Steve Kerr encendidos tras el descanso, tras irse a los vestuaros 50-65. Y cuando quedaban 3:44 para que acabara el tercer cuarto, ya habían enjugado la desventaja y remontado el partido. ¿Cómo? Con defensa, con brazos arriba para hacer oscuridades en la mente de los Blazers. Draymond Green terminó con 5 tapones, en su sexto partido con al menos un repóquer de tiros bloqueados en playoffs.
Y sobre todo, los californianos respondieron con la misma medicina aplicada por Portland: acierto en el tiro. Si en este contexto dispones de los Splash Brothers, de dos tipos como Curry (37 puntos)y Klay Thompson (24 unidades), el escenario es más favorable.
Portland tuvo la fortaleza, no todos podrían, de aguantar el tortazo y de no irse de partido. De no pensar aquello de lo que lo habían tenido, de que había sido la oportunidad de sus vidas. Aunque presumiblemente lo fuese, perder una desventaja de 15 puntos no anuló las prestaciones de los visitantes en el último cuarto, al que se llegó con todo por jugar tras los 39 puntos de Golden State en el tercer parcial (89-89).
El robo de Iguodala
Dice que empieza a meditar la retirada, pero no será porque no pueda más físicamente. Anoche, Andre Iguodala volvió a demostrar que la edad es salud y a sus 35 años fue la pieza que remató a los Blazers. Portland, con un 0-7 de parcial, volvió a verlo todo posible, 94-102 en la recta final del encuentro. Pero otra vez se las apañaron los Warriors para sostener el empuje. Un triple de Seth Curry, sin embargo, colocaba a poco menos de un minuto el 111-110, ante la sonriente mirada, y el corazón dividido, de sus padres en la grada. A esto contestó Kevon Looney con un mate para el 112-111, sucedido de otra canasta de Green y 114-111.