Los Raptors necesitan dos prórrogas para seguir vivos en las Finales del Este
Al Hecho. | Otro trabajo extenuante sirvió a los Raptors para sacar adelante el primero de sus partidos en Canadá. Toronto sigue en pie en las Finales del Este tras doblegar a los Bucks después de 58 minutos y dos prórrogas (118-112). La serie final se pone 2-1 a la espera de nuevo duelo, también en tierra canadiense, este mismo martes.
Todos suman en los locales
Decía Marc Gasol que buena parte de la culpa de la derrota en el Game 2, donde los Raptors fueron sacados físicamente de la pista por Milwaukee, era suya. Aplicados los correctivos y las reprimendas de manera propia, el pívot de Toronto hizo un gran partido de 16 puntos, 13 rebotes, 7 asistencias, 1 robo, 5 tapones y 5/10 en tiros de campo, con 4/8 en triples. Esto es otra cosa, porque a la labor oscura que no se ha solido ver en los números de Marc se unió anoche una estadística potente que espoleó desde el inicio a los de Nick Nurse. Bien apoyado por Kawhi Leonard, que volvió a hacer una noche de más de 30 puntos (36, exactamente), la lección sigue siendo que por muy bueno que sea La Garra, que para más inri jugó lesionado desde el primer cuarto, con él solo no basta. El domingo, además de Gasol, muy bien Pascal Siakam, 25 puntos y 11 rebotes, y mención especial a Norman Powell, 19 unidades desde el banquillo.
Toronto llevó el ritmo del partido toda la velada, pero no era capaz de dar un estirón gordo que dejara a los Bucks fuera. Su máxima ventaja, de 11 unidades, fue fiel espejo de lo que apuntamos, de una sensación de que en cualquier momento el rival se podía meter definitivamente en un partido del que nunca se había ido. Un tercer cuarto de Milwaukee con 19-24 a su favor sirvió para dejar todo abierto a falta de 12 minutos (77-75).
Las dos prórrogas
Ahí la igualdad no se iba. Y no se fue. Siakam tuvo la oportunidad de ahorrarle a los suyos un esfuerzo extra de tiempos extraordinarios. Con 96-94 y 7 segundos por celebrarse dispuso de dos tiros libres para sentenciar, pero falló los dos y dio la oportunidad a los Bucks de prolongar la contienda. Khris Middleton lo buscó y lo consiguió, no sin esfuerzo, pues su primer intento fue taponado por Fred VanVleet pero el segundo, de su propio rebote, acabó dentro. Empate a 96 y primera prórroga, cinco minutos más donde se vio lo que puede ser una serie de playoffs llegados a este punto, mirillas de tiro desacertadas, fallos, pocos puntos. Tras un tanteo de 7-7, Leonard tuvo en sus grandes manos la opción de volver a ser el héroe, como en las semifinales ante los 76ers. Erró el tiro final. Otra prórroga (103-103).
Y ahí ya sí, el propio Leonard, activo a esas alturas de contienda arriba y abajo a pesar de sus achaques físicos, y el hecho de que nada más empezar la segunda prórroga Giannis Antetokounmpo fuera eliminado por faltas, decantaron la balanza para los locales. El griego terminó con solo 12 puntos, 0/3 en triples, 5/16 en tiros de campo y 3/7 en tiros libres. No fue su noche de cara al aro, aunque estuvo formidable en los rebotes, con 23 rechaces. Además, 7 asistencias, 1 robo y 4 tapones. El máximo anotador de los Bucks fue George Hill, 24 puntos.
Leonard, medio cojo, fue capaz de firmar 8 de los 15 tantos de los Raptors en esta segunda y definitiva prórroga. La lección ya la sabemos, con él solo no basta. Pero hay otra más clara todavía: sin él, los Raptors no estarían donde están.