Los Bucks ponen el 1-0 comandados por un gran Brook López
Al Hecho. | El primer partido de las Finales del Este no se escapó de Milwaukee. Los Bucks lograron evitar el tropezón inicial al derrotar a los Raptors por 108-100, y toman la delantera en la serie tras un encuentro que dejó un cierto sabor a oportunidad perdida para los canadienses. De hecho, Toronto estuvo por delante en el marcador durante prácticamente todo el encuentro, pero su mal último cuarto le pasó factura ante un equipo que no perdona.
Es más, al margen de su ventaja en el electrónico, lo cierto es que hubo muchos detalles que, a priori, deberían apuntar a una victoria de los Raptors: un gran Lowry, Kawhi en su línea, la gran defensa sobre Antetokounmpo y Middleton, el desacierto de los Bucks en el triple… La noche se prestaba por completo para asaltar Wisconsin.
Brook revive justo a tiempo
Pero entonces apareció Brook López. El pívot se encargó de levantar a Milwaukee en el último cuarto, periodo en el que anotó 13 de sus 29 puntos, y lo hizo con una exhibición tanto de tiro exterior como de recursos en la pintura. Además, no solo anotó más que en los cinco partidos ante Boston juntos (27 puntos), sino que redondeó su actuación con 11 rebotes y 4 tapones.
Su irrupción salvó al juego exterior de los Bucks, que estaba viviendo una noche catastrófica. Al cierre del tercer cuarto, los de Budenholzer sumaban un horrible 6/34 (17,6%) en triples, lo cual estaba siendo una de las causas de su colapso y reforzaba el plan defensivo de Toronto, consistente en cerrarse sobre Giannis Antetokounmpo para impedir su dominio a través de su poderío en la penetración. Su plan funcionó bastante bien, pues aunque firmó 24 puntos, 14 rebotes y 6 asistencias, estos no dejan de ser números que el griego hace casi sin querer. Los de Nurse redujeron su incidencia en el juego durante muchos minutos, pero acabó quedando claro que los de Wisconsin cuentan con más armas.
Lowry acaba solo
Para los canadienses, el partido arrancó de forma bastante plácida. Como es costumbre, la defensa de Milwaukee invitó a tirar a los hombres de rotación, y estos respondieron con un acierto que les permitió abrir las primeras ventajas. Al término del primer cuarto, los cinco titulares de los Raptors habían convertido al menos un triple, y Kawhi Leonard ya había activado el martillo pilón en anotación. Todo correcto.
Esta situación, sin embargo, no duraría para siempre. Aunque cuenta con buenos lanzadores, Toronto no es un equipo habituado a ganar los partidos desde la larga distancia, y a medida que los porcentajes fueron bajando su ataque se acabó volviendo previsible y recayendo en los dos hombres de siempre. Y esta vez no fue Kawhi quien respondió.
Kyle Lowry se encargó de mantener a los de Nurse en partido mientras el nivel del equipo caía en picado, y lo hizo gracias a su recital desde el triple. El base convirtió 30 puntos tras anotar siete de sus nueve tiros desde el perímetro, y jugó además un gran partido en defensa, pero llegó un momento en el que la incapacidad de sus compañeros para aportar llegó a ser frustrante. De hecho, Lowry fue el único jugador de los Raptors capaz de anotar un tiro de campo en el último cuarto, y fue autor de 14 de los 17 tantos de los suyos en los últimos 12 minutos.
¿Cansancio?
No es difícil barajar el excesivo desgaste físico como una de las opciones del hundimiento de Toronto. Mientras que los Bucks llevaban descansando desde el pasado miércoles, los canadienses tuvieron una larga y dura serie ante los 76ers, en la que la rotación de Nurse acabó siendo muy corta y jugadores como Leonard o Siakam jugaron auténticas minutadas. El propio Kawhi pudo pagar esto anoche, pues, pese a que anotó 31 puntos, solo fue capaz de sumar dos en el cuarto periodo.
Milwaukee no solo llegaba con más días de descanso y menos partidos encima, sino que también presume de una rotación más amplia. A medida que se alargue la serie podremos comprobar hasta qué punto esto acaba siendo un factor decisivo, pero lo cierto es que este primer partido parece haber estado bastante marcado por el cansancio que supusieron los anteriores.