La UE ofrece una prórroga del Brexit hasta el 22 de mayo si Londres aprueba el pacto de salida de May
Al Hecho. | Los 27 socios de la UE han logrado este jueves pasadas las once de la noche un acuerdo sobre la prórroga del Brexit. El pacto acepta retrasar la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 29 de marzo, durante casi dos meses (hasta el 22 de mayo), pero solo si el Parlamento británico aprueba los términos del acuerdo de salida de la UE.
Si los diputados británicos rechazaran la próxima semana el acuerdo de salida de la UE una vez más, como parece probable, los Veintisiete ofrecerán una prórroga más larga, de momento de carácter indefinido. Pero Londres deberá confirmar su aceptación antes del 12 de abril y concretar el objetivo de esa prórroga. En ese caso, Reino Unido debería participar inexorablemente en las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán entre el 23 y el 26 de mayo.
Inmediatamente después de la cumbre, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, trasladó la oferta a la primera ministra británica, Theresa May, que había esperado pacientemente en otra sala del edificio del Consejo Europeo. May aceptó la doble oferta a sabiendas de que tiene muy difícil lograr la aprobación del acuerdo de salida la próxima semana, como le exige la UE, y que la segunda opción supondría con toda probabilidad el final de su trayectoria política.
Tusk se dio por satisfecho con el resultado y aseguró que «no es la solución definitiva pero facilita la vida para ambas partes». Y tras una larga y tensa jornada de negociación, el polaco remató la rueda de prensa posterior de la cumbre con una nueva broma sobre ese lugar especial del infierno que, según él, debería reservarse a los partidarios del Brexit por no haber previsto cómo salir de la UE: «según el Papa el infierno está vacío, así que hay espacio para mucha gente»
La doble oferta, cuya inspiración parece venir del presidente francés, Emmanuel Macron, redobla la presión sobre May y el Parlamento británico para que despejen de una vez por todas la fórmula de salida. Pero también eleva el riesgo de un Brexit brutal a mediados de abril si Westminster se empecina en su negativa a ratificar el acuerdo de salida.
La imaginativa fórmula logra el objetivo de acorralar a May y forzar una decisión de Londres en un plazo mucho más breve de lo previsto, sin explicitar una injerencia en la politica interna británica. El peso de la dramática decisión de elegir entre una prórroga larga o un Brexit brutal y caótico recae de pleno en Londres. Y hasta el plazo para que decida, procede de su propia legislación, porque el 12 de abril es la fecha límite, según la normativa británica, para convocar las elecciones al Parlamento Europeo.
El resultado de la cumbre, de hecho, no recoge las demandas de la primera ministra británica. May llegó a la cumbre europea con su petición de una prórroga del Brexit de tres meses (hasta el 30 de junio) y con la vaga promesa de que someterá por tercera vez a votación el acuerdo en el Parlamento británico y logrará dar la vuelta a los resultados negativos de los anteriores intentos, de proporciones históricas.
Durante hora y media, May fue acribillada a preguntas por parte de los 27 presidentes de Gobierno de la UE, cuya exasperación y hastío resulta cada vez más visible. “Ya no buscamos una puerta de salida, sino una salida de emergencia”, retrató la situación el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, minutos antes de empezar la reunión.
Las respuestas imprecisas de la inquilina del 10 de Downing Street y la ausencia de garantías sobre sus posibilidades de tener éxito en Westminster no han hecho más que agravar la desconfianza y el resquemor de los líderes europeos, según relataron después fuentes diplomáticas.
May no se ha comprometido a lograr un acuerdo con la oposición laborista para aprobar la salida de la UE, una sugerencia que se le repite en Bruselas desde hace meses. Y tampoco ha sabido despejar las dudas de los miembros del Consejo Europeo sobre los pasos que seguirá si, como parece probable, el Parlamento británico rechaza la semana que viene por tercera vez el pacto.
La sensación de estar negociando con una primera ministra grogui e incapaz de encontrar una salida viable ha endurecido las posiciones de la mayoría de las delegaciones, que con Francia al frente se inclinan por dar un ultimátum a May para que zanje el Brexit o se enfrente al dilema de una salida sin acuerdo o una prórroga indefinida. Las opciones, según fuentes diplomáticas, se resumían anoche en una prórroga corta con May o una larga sin ella.
El primer borrador de conclusiones de la cumbre recortaba la petición de May del 30 de junio al 22 de mayo, víspera de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que el Reino Unido se resiste a participar. El plazo pretende evitar que los británicos sigan siendo miembros de pleno derecho tras los comicios, para garantizar la credibilidad y fiabilidad de un proceso electoral en el que están llamados a participar más de 350 millones de europeos. Pero incluso ese plazo de dos meses podría resultar incómodo para algunos países como Italia, Bulgaria o Croacia, cuya cuenta atrás para convocar las elecciones empieza a primeros de abril, en torno al 11, y deberían saber entonces si el Parlamento contará con 28 países y 750 escaños, como ahora, o 27 países y 705 escaños, como sería el caso tras el Brexit.
Políticamente, algunos países, como Francia, tampoco quieren que el Brexit contamine la campaña electoral de las europeas y prefieren dar por concluido el proceso lo antes posible. La fecha del 7 de mayo fue una de las mencionadas, porque sería en vísperas de la cumbre europea en Sibiu (Rumania) del 9 de mayo, donde el club comunitario tiene previsto debatir su futuro después del Brexit.
“Si el Parlamento británico vota no al acuerdo, vamos hacia el no acuerdo”, advirtió el presidente francés, Emmanuel Macron, cuya línea dura es secundada, aunque con matices, por España, Bélgica o Irlanda. Esos países desean pasar la página del Brexit cuanto antes y aseguran estar preparados para cualquier contingencia, incluido el precipicio de un 29 de marzo sin acuerdo.
Pero incluso en ese bando más duro se mantiene abierta la posibilidad de un aplazamiento largo del Brexit que evite el caos a ambos lados del Canal. Para ello, exigió Macron, “haría falta un cambio político profundo en el Reino Unido”.
Los escenarios de ese cambio, que podrían pasar por un relevo de May, justificarían a ojos de algunos socios europeos una prórroga mucho más larga (de nueve meses como mínimo) para dar tiempo a una recomposición del panorama político británico, hecho astillas desde el referéndum del Brexit en junio de 2016.
La canciller alemana, Angela Merkel, encabeza ese bando, que algunos diplomáticos califican como “pragmático” y en el que también militan Holanda, Austria, Dinamarca, Hungría o Portugal. “Debemos proceder con cuidado y hacer todo lo que sea necesario, hasta el último momento, para garantizar que Reino Unido puede salir de la UE de manera ordenada”, señaló Merkel.
Salir de la parálisis
Las discrepancias también giran en torno a las posibles interferencias de la prolongación del Brexit con los comicios europeos. La Comisión Europea insiste en que debe evitarse a toda costa que el Reino Unido sea miembro de pleno derecho a partir del 23 de mayo si no se compromete a convocar las elecciones. Pero las otras instituciones, Consejo y Parlamento, ven posible mayor flexibilidad, siempre y cuando la situación se aclare antes del 2 de junio, fecha de inicio de la próxima legislatura europea. La intransigencia de la Comisión con la fecha del 23 de mayo se atribuye a una forma de reforzar la presión sobre Londres para que salga de su parálisis.
Fuentes diplomáticas coinciden con Berlín en que “una semana en términos de Brexit es muchísimo tiempo y hasta el 29 de marzo a medianoche puede haber muchos cambios”. Las instituciones comunitarias, tanto la Comisión Europea, presidida por Jean-Claude Juncker, como el Consejo Europeo, Donald Tusk, no descatan que sea necesario convocar una nueva cumbre extraordinaria para concretar la oferta definitiva a Londres.
Fuentes comunitarias indican que esa nueva cumbre será imprescindible si May se estrella de nuevo en el Parlamento británico la próxima semana. En ese caso, los 27 se reunirían de nuevo, probablemente el próximo jueves, para activar el plan B.
Ese plan pasaría, según la posición más comprensiva de Berlín, por el citado aplazamiento largo del Brexit. O por aceptar que el bloqueo es irresoluble y poner una fecha para la ruptura definitiva con Londres. En ese caso, la prórroga técnica solo serviría para completar los preparativos ante un precipicio por el que caerían May y el Reino Unido.