Irán rechaza las acusaciones de EE UU sobre su implicación en el ataque a la industria petrolera saudí
Al Hecho. | El Gobierno de Irán se ha apresurado este domingo a negar las acusaciones de Estados Unidos sobre su responsabilidad en el ataque de la víspera contra instalaciones petroleras saudíes, del que se responsabilizaron los rebeldes Huthi de Yemen y que, según reconoció horas después Riad, ha obligado a recortar a la mitad temporalmente la producción de crudo del reino. El Ministerio de Exteriores iraní ha tachado de “mentiras sin sentido” las alegaciones lanzadas por el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo.
“Esas palabras parecen fruto de un compló organizado por servicios secretos para desprestigiar la imagen de un país y preparar el camino para acciones futuras”, ha denunciado el portavoz de Exteriores, Abbas Musavi, citado por los medios iraníes.
Pompeo acusó el sábado a Irán de estar detrás de los bombardeos con drones a dos instalaciones clave de la petrolera saudí Aramco. El impacto de los incendios que provocaron en la planta de procesamiento de Abqaiq, la mayor del mundo, y en las infraestructuras de Khurais, su segundo campo de crudo, obligaron a la empresa a interrumpir la producción de 5,7 millones de barriles diarios, la mitad de su volumen.
A pesar de que los Huthi se responsabilizaron de la operación, la tercera de este tipo que se han atribuido desde el pasado mayo, el secretario de Estado norteamericano dijo en Twitter que no hay pruebas de que los ataques se hicieran desde Yemen. Tampoco ofreció ningún respaldo a sus alegaciones más allá de denunciar que el presidente iraní, Hasan Rohani, y su ministro de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, “pretenden que hacen diplomacia”.
Zarif, un astuto usuario de las redes sociales (a pesar de que la mayoría de ellas están bloqueadas en Irán), no ha tardado en responderle. “Tras el fracaso de la [política de] ‘máxima presión’, el secretario Pompeo da un giro hacia la de ‘máximo engaño”, tuiteaba este domingo. El jefe de la diplomacia iraní dice que “EE UU y sus acólitos están atascados en Yemen” y asegura que “culpar a Irán no va a poner fin a [ese] desastre”.
Mientras tanto, un general de la Guardia Revolucionaria ha recordado a Estados Unidos que “sus bases y sus portaviones en un radio de 2.000 kilómetros se encuentran al alcance de los misiles iraníes”. No está claro si las palabras del responsable de la Fuerza Aérea de ese ejército revolucionario son una mera bravuconada para consumo interno o denotan nerviosismo ante el temor a que Washington esté buscando un pretexto para atacarles.
El presidente norteamericano, Donald Trump, ya reconoció haber dado la orden de hacerlo (y haberla retirado en el último momento) el pasado junio después de que la Guardia Revolucionaria echara abajo un dron estadounidense. Las tensiones que se han ido acumulando desde que EE UU abandonó el acuerdo nuclear el año pasado parecieron remitir en las semanas posteriores, pero Washington ha seguido incrementando sus sanciones y Teherán desafiando esa presión con una progresiva retirada de sus compromisos bajo aquel pacto.