Finales NBA: los Warriors superan todas las adversidades posibles y ponen el 1-1
Al Hecho. | El objetivo siempre que arrancas una serie de playoffs a domicilio ha de ser el de volver a casa con un triunfo bajo el brazo, como mínimo. Objetivo cumplido para Golden State, que regresa a Oakland con 1-1 en las Finales de la NBA tras vencer este domingo en el Game 2 a los Raptors, en Toronto (104-109). La serie, que como mínimo se irá al quinto duelo, se traslada ahora a La Bahía para el Game 3 y el Game 4, el miércoles y el viernes, respectivamente.
Triunfo sobre la adversidad
Fue un partido extraño donde a Golden State le sucedió de todo. Da la sensación de que no puede pasarle nada más al cuadro dirigido por Steve Kerr, quien puso de inicio a DeMarcus Cousins y quien, a pesar de que los 6 minutos iniciales de pívot no le dieron rédito, insistió en una apuesta que se tornó exitosa. El center terminó con doble-doble de 11 puntos y 10 rebotes. Si en el primer partido no fue de las grandes preocupaciones de los Raptors, todo fue completamente diferente el domingo.
Cada impulso de Cousins, como el de cualquier jugador visitante que pisaba la pista de Scotiabank Arena, fueron hálitos de vida para los Warriors. Porque Golden State estaba en cuadro y más que lo iba a estar. Andre Iguodala, renqueante o Kevin Durant fuera por los sabidos problemas de Aquiles solo eran el inicio de una lista pesarosa de lesiones a la que en este domingo amenazó con unirse Stephen Curry y a la que se enrolaron Kevon Looney, problemas en el cuello, y Klay Thompson, retirado a los vestuarios en el último cuarto con un problema en muslo izquierdo.
Antes de todo eso, mucho antes, Thompson alzó a su gente con los 11 primeros puntos de los Warriors en la velada. Decíamos que Curry amenazó con unirse a los lesionados y es que por momentos en la primera mitad se le vio mal, afectado por algo, conversando con el médico. Incluso se fue a los vestuarios. Cuando lo hizo llevaba 4/5 en tiros libres, su única producción anotadora. Curry, quien llegó a acumular un 0/6 en tiros de campo, fue entrando poco a poco en el partido para terminar con una sobria actuación. Ese trabajo, unido al de Thompson, Splash Brothers en plena conjunción, servía para que los Warriors alejaran el miedo del 2-0 en contra. Temores alimentados por un 37-28 peligroso al empezar el segundo cuarto—27-26 al término del primero—merced a un 10-0 de parcial de Toronto cortado por Cousins. Transcurrían los minutos y la mejor noticia para los Warriors era que en la tempestad, que haciendo un encuentro tirando a malo, sin dominio en la pintura, cargados de pérdidas, estaban vivos al descanso (59-54).
Un demoledor parcial de la mejor versión de Golden State
El regreso de los vestuarios supuso media derrota para Toronto. O el partido entero. Los de Nick Nurse se fueron, se olvidaron algo en las duchas. Y encajaron un parcial en 6 minutos de 0-18, cortado por Fred VanVleet mediado el tercer cuarto. El daño estaba hecho, muy hecho. A falta de 12 minutos, los Warriors de los mejores tiempos habían tomado la delantera (80-88). Fueron minutos, esos y los que vinieron, donde todos producían. Andrew Bogut jugó poco, y posiblemente lo hiciera por la baja de Looney, pero sus minutos fueron fundamentales. Acabó con 6 puntos, 3/3 en tiros de campo y 7 minutos de servicio. Sus brazos se dedicaron a meter para abajo los pases altos de sus compañeros. Como si de un delantero que remata balones en el área se tratara. Fueron tres canastas, pero dejaron rastro en el contrario.
La gloria de Cook
Son los Warriors tan maduros, que han conseguido que la segunda unidad no solo sostenga al equipo, sino que sea determinante en el la victoria. En ese último cuarto donde cayó en desgracia Thompson, Quinn Cook se doctoró en las Finales. Un par de triples suyos alejaron cualquier tentativa de Toronto de meterse en el partido. El base acabó con 9 unidades, todas desde el perímetro. Al igual que Bogut, no fue tanto la cantidad como la calidad y el momento de su aportación.
Pero de manera un poco inexplicable, Golden State sufrió. Después de haber nadado contra un oleaje tremendo en forma de lesiones, le conceció vida a Toronto. Los últimos minutos marcaron la barrena en la que estaban encallados los dos planteles. Con 101-106, lo que se movían eran los segundos. Hasta que a falta de poco menos de medio minuto, tras varios fallos y rebotes ofensivos, Danny Green ejerció del intento de héroe que este domingo no pudo ser Kawhi Leonard, buena estadística pero malas decisiones. Green puso con un triple el 104-106. Nurse quiso que en la defensa posterior los suyos hicieran falta. No sucedió así. Curry se jugó la vida para salir de la presión con un pase ajustado a Shaun Livingston que este recepcionó. Y por ahí andaba Andre Iguodala para marcar un triple definitivo. Para poner el 104-109, el 1-1 en unas Finales que pase lo que pase, deberán volver a Toronto en una semana para el Game 5. Y antes, doble ración en Oakland.