Embiid y Towns protagonizan la primera pelea del curso
Al Hecho. | Una enemistad ha podido nacer aquí. Corría el tercer cuarto del partido entre Philadelphia 76ers y Minnesota Timberwolves –en ese momento con ventaja 75-55 para los locales– cuando Joel Embiid y Karl-Anthony Towns se engancharon. Los dos pívots, con fama de hacer del trash talking un arma más de sus respectivos repertorios, terminaron por llegar a las manos después de que el center de los Sixers empujase a su homólogo de los Wolves. Con ambos enredados en lo que era ya una pelea con todas las letras, la rápida reacción de Ben Simmons sujetando a Towns, así como la del resto de jugadores y entrenadores separándolos, evitó que la cosa fuese a mayores.
Como es lógico, los árbitros optaron por expulsar a ambos del partido. Eso sí, ninguno se lo tomó del todo mal. Towns por su parte se marchó con una sonrisa irónica. Embiid por su lado excitaba al público haciendo como si boxeara y realizando gestos para que animasen e hiciesen ruido mientras se marchaba de la pista. En ese momento parecía que todo quedaría ahí, pero nada más lejos de la realidad.
Ya con el partido terminado, Embiid celebró la victoria con una publicación tanto en Twitter como en Instagram en la que decía que se había criado entre leones y no con gatos (en mención a Towns) y en la que además reseñaba su dominio sobre el jugador de los Wolves incluyendo dos hashtags (#FightNight y #IAintNoBitch). La respuesta de Towns no se hizo esperar al publicar una serie de fotos de Embiid (incluyendo una llorando tras la eliminación contra los Raptors del pasado curso) y riéndose de que se vanagloriase de haberse criado entre leones con un nuevo hashtag dirigido a su rival: #TrashBitch.
Y del intercambio indirecto llegamos al directo. No contentos con haber puesto cada uno su ‘opinión’ sobre el otro, pasaron a dejarse comentarios en las publicaciones. Embiid, en un nuevo tweet en el que le dice a Towns que aunque se haga el duro siempre ha sabido lo que es, un pussy; a lo que añade que le patea el trasero y que se preocupe por llegar a playoffs, adjunta una captura de pantalla de Instagram con un intercambio de comentarios en los que primero le remarca sus problemas defensivos para después reseñar que la foto llorando es de segunda ronda de playoffs, situación en la que nunca ha estado Towns.
Y así están las cosas. La victoria se quedó cómodamente en Pensilvania, pero la rivalidad entre estos chicos –dos de los mejores pívots de la NBA– ha crecido de pronto como la erupción de un volcán. Habrá que seguir de cerca los acontecimientos y si la Liga opta por darles un toque de atención por esta subida de tono. Respecto a la próxima vez que se verán las caras, esta no llegará hasta el 25 de marzo de 2020. Tiempo hay para que se calmen los ánimos; cuestión diferente es que al verse frente a frente el día de hoy vuelva al presente.