El embajador de Guaidó ante la OEA consigue un puesto en el organismo
Al Hecho. | Gustavo Tarre, el embajador nombrado ante la Organización de Estados Americanos (OEA) por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional reconocido como mandatario interino por más de 50 países, ha logrado este martes un puesto en el principal organismo de la región. El Consejo Permanente de la entidad diplomática ha reconocido a Tarre como representante permanente designado de la Asamblea Nacional “hasta que se celebren nuevas elecciones y el nombramiento de un Gobierno democráticamente electo”. La resolución ha sido calificada por la cancillería venezolana de Nicolás Maduro como «descarada» y una «criminal violación del derecho internacional». Tarre presentará sus credenciales formalmente ante el organismo este miércoles.
La decisión por mayoría simple de los miembros de la OEA —18 votos de 34 miembros— implica que Tarre ocupe el puesto reservado para el representante diplomático de Venezuela ante el organismo. «Hoy logramos el cese de la usurpación de nuestra silla en el Consejo Permanente de la OEA», celebró el enviado de Guaidó en su cuenta de Twitter. Asbina Ixchel Marin Sevilla, la representante de Nicolás Maduro, se opuso a la sesión extraordinaria solicitada por Colombia, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Paraguay y Perú y calificó la decisión de “fraude”. “Convirtieron a la OEA en un cascarón vacío, impotente de defender sus propios principios. Así probaron que nuestra decisión de renunciar fue la correcta. Nos vamos, y a esta OEA nunca más vamos a regresar”.
El 27 de abril se cumplen dos años desde que la entonces canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunciara la retirada de su país de la organización para convertirse en el primer país en la historia de la OEA en apartarse por voluntad propia del bloque regional. El personal de Maduro contaba con 24 meses para hacer efectiva la retirada. Cuando Guaidó juró como presidente interino de Venezuela el pasado febrero dijo que su país continuaría como miembro del organismo.
«La OEA convalida el plan de golpe de Estado iniciado el 23 de enero pasado, y pretende crear condiciones para profundizar la agresión injerencista contra nuestro país, incluyendo la amenaza de una intervención militar», rezaba un comunicado publicado por la cancillería venezolana tras aprobarse la resolución. La iniciativa planteada por siete países del Grupo de Lima (Colombia, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Paraguay y Perú), a los que se sumó a última hora una enmienda de Jamaica, logró salir adelante por un voto: 18 a favor, nueve en contra, seis abstenciones y un ausente.
Entre los países miembros que rechazaron la iniciativa figura México. Jorge Lomonaco, el embajador del país liderado por Andrés Manuel López Obrador, cuestionó la practicidad de la decisión: «¿Cómo va a funcionar esto? ¿Va a haber dos sillas?». Y agregó: «Me pregunto si esto sentará un precedente para que el poder judicial mexicano o el poder legislativo mexicano envíen representantes a la OEA, además del poder ejecutivo”. Sin embargo, en declaraciones a la prensa, el embajador de EE UU ante la OEA, Carlos Trujillo, negó que existiera lugar para la ambigüedad y defendió que la resolución reconoce a Tarre como embajador de Venezuela.