Preguntas y respuestas sobre el cierre gubernamental más largo de EE UU
Al Hecho, Estados Unidos. | El cierre parcial del Gobierno estadounidense, que esta medianoche se convertirá en el más largo desde que existen registros, se mostró este viernes en toda su gravedad cuando cerca de 800.000 funcionarios se han quedado sin recibir su nómina. El empeño de Trump en construir su muro en la frontera con México, y la negativa de los demócratas a financiarlo, ha dado lugar a una situación sin precedentes que presagia los desafíos que esperan al polarizador presidente en esta nueva etapa de poder compartido. A falta de un acuerdo que parece inalcanzable, el cierre solo terminaría con una declaración de emergencia nacional con la que amenaza el presidente desde hace días, pero que este viernes ha dicho que «no es algo que contemple hacer ahora mismo».
¿Qué es un cierre del Gobierno?
La burocracia federal que mantiene en marcha muchos de los aspectos de la vida en Estados Unidos se financia con un presupuesto anual que fija y aprueba el Congreso. Se hace mediante una docena de proyectos de ley que deben aprobarse por mayoría cualificada de dos tercios en el Senado y que debe firmar el presidente. Si no supera dicha mayoría, o si el presidente no lo firma antes de la fecha reglamentaria, las partes del Gobierno que se quedan sin financiación cierran. Se manda a los trabajadores a casa, con permiso sin sueldo, salvo a aquellos que se considera que, por la naturaleza de su empleo, deben seguir trabajando. A estos se les obliga a hacerlo sin cobrar.
¿Cómo es este cierre?
Desde este viernes a medianoche, cuando igualó los 21 días que duró el que terminó el 6 de enero de 1996 bajo la presidencia de Bill Clinton, es el más largo desde que existen registros. Es un cierre parcial, lo cual quiere decir que no afecta a todo el Gobierno federal, ya que otros departamentos ya han sido financiados con anterioridad. El de Clinton fue también parcial, pero mucho más extenso. El hecho de que este solo afecte a aproximadamente una cuarta parte del Gobierno es uno de los motivos por los que puede durar tanto. Los departamentos afectados por el cierre son Agricultura (40% de sus empleados), Comercio (87%), Seguridad Nacional (13%), Vivienda y Desarrollo Urbano (95%), Interior (78%), Justicia (17%), Transporte (34%), Medio Ambiente (95%), Tesoro (83%) y una parte del Departamento de Estado.
¿Cuántos trabajadores están afectados?
Cerca de 800.000 funcionarios están sin cobrar. Un total de 420.000 de ellos fueron calificados de esenciales y están trabajando sin paga, como el personal de aduanas de los aeropuertos o la guardia fronteriza; otros 380.000 están en sus casas. Los trabajadores afectados se enfrentan en algunos casos a serias dificultades, como demuestra el hecho de que deben un total de 249 millones de dólares en pagos mensuales de sus hipotecas, según el portal inmobiliario Zillow. En otros cierres han cobrado después, pero no está garantizado. Los que no cobrarán seguro las horas perdidas son los centenares de contratistas del Gobierno que se han quedado sin poder trabajar.
¿Cómo afecta al resto de los ciudadanos?
Los agricultores, por ejemplo, no podrán recibir asistencia para unirse a programas de ayudas recién aprobados. Los parques nacionales y museos están cerrados u ofrecen servicios muy limitados. Treinta millones de pequeños empresarios no pueden acceder a préstamos federales o asistencia técnica. Quienes quieren comprar una casa o refinanciar una hipoteca se ven obligados a esperar. Las inspecciones de seguridad alimentaria están retrasadas, la ley contra la violencia de género se ha quedado sin fondos. La actividad está prácticamente parada en agencias de investigación científica, incluida la NASA. Las devoluciones de impuestos se retrasan
¿Por qué se ha llegado hasta aquí?
El cierre del Gobierno empezó la medianoche del pasado 21 de diciembre, después de que el presidente y los demócratas del Congreso no lograran llegar a un acuerdo para financiar el muro que Trump quiere construir en la frontera con México. El presidente reclama que se añadan, para ese fin, 5.700 millones de dólares a la financiación federal que tenía que aprobarse antes del 21 de diciembre. Trump se niega a ceder en una demanda que los demócratas consideran una medida cara, ineficaz y, en palabras de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, directamente “una inmoralidad”.
¿Quién tiene la culpa?
Para unos, Trump. Para otros, los demócratas del Congreso. En todo caso, el bloqueo se debe a la nueva realidad de poder dividido que estrenó el país el pasado 3 de enero, en la que los demócratas controlan la Cámara de Representantes. Los sondeos indican que la mayoría de los estadounidenses culpa a los republicanos y, en particular, al presidente. La mayoría no apoya el muro o no cree que sea una prioridad. El propio Trump dijo en diciembre, en una reunión con los líderes demócratas, que asumiría con “orgullo” la responsabilidad. Pero ahora culpa a los demócratas.
¿Cómo se puede solucionar?
De momento, parece haber dos únicas salidas: una muy difícil y una muy polémica. La primera, que se llegue a un acuerdo que permita a las dos partes proclamar una victoria. Por ejemplo, aprobando financiar parte del muro a cambio de otras medidas. La segunda, una declaración de emergencia nacional que permita al presidente sortear al Congreso y decretar él la construcción del muro. Se trataría de una utilización muy poco ortodoxa de los poderes presidenciales, que desencadenaría una ardua batalla constitucional. El 3 de enero la Cámara baja, estrenando mayoría demócrata, aprobó unas medidas para financiar todos los departamentos cerrados no relacionados con la seguridad fronteriza. El Senado, de mayoría republicana, se niega a votar una propuesta que el presidente vetaría. Trump amenazó el 14 de enero con mantener el cierre durante “meses o incluso años”. Desde hace unos días, cada vez se muestra más partidario de declarar una emergencia nacional.