El izquierdista Andrés Manuel López Obrador asumió la Presidencia de México con la promesa de construir una nueva sociedad
Ciudad De Mexico, Al Hecho. | Reiterativo, incisivo y directo. El nuevo presidente del país azteca se juramentó este 1 de diciembre como el primer líder de izquierda en llegar a Los Pinos después de varias décadas de gobiernos de derecha. AMLO, como es conocido, ofreció un extenso discurso tras su llegada al Congreso, donde lo esperaban parlamentarios y varios mandatarios del mundo.
Durante una hora y veinte minutos detalló parte de sus planes de gobierno, que ya había anunciado cuando era candidato presidencial. Su lucha frontal contra la corrupción y sus propuestas sociales, le dieron un importante respaldo popular que se evidenció en el inédito porcentaje del 53% de los votos con el que ganó las elecciones el pasado 1 de julio.
La corrupción, su principal caballo de batalla, fue transversal durante todo su mensaje. López Obrador, comenzó criticando con vehemencia la política pública neoliberal que dominó México, según él, hasta su llegada. Dijo que fue «un desastre y una calamidad» para el país que ocasionó una «inmunda corrupción pública y privada».
Advirtió que en su Gobierno esa problemática será eliminada. «A partir de ahora se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical, porque se acabará con la corrupción y la impunidad que impiden el renacimiento de México», destacó frente a un animado Congreso, dominado por diputados de su partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que además consiguió la mayoría en el Parlamento.
Para lograrlo, informó que llevará a cabo un plan de austeridad y recortes que le permitirán reducir la pobreza, disminuir la deuda pública y aumentar el salario mínimo de los ciudadanos.
Anunció que venderá el avión presidencial, que no vivirá en Los Pinos, (la lujosa residencia presidencial), sino que la abrirá al público como un espacio para disfrutar del arte y la cultura y que reducirá el salario de los funcionarios públicos.
“No puede haber un Gobierno rico con un pueblo pobre. Si se baja el salario a los de arriba se les sube a los de abajo”, puntualizó el mandatario.
Además, dijo que pondrá en marcha todo un plan de infraestructura que arrancará con la construcción del tren maya en el sureste del país, creará más refinerías para disminuir el precio de la gasolina y así elevará la calidad de vida de los mexicanos para que si decidan migrar, sea por “voluntad propia y no por necesidad”.
No se condenará «a quienes nacen pobres a morir pobres», apuntaló y la migración será «optativa y no obligatoria», en un escenario marcado por la compleja situación que viven los migrantes centroamericanos.
Además, desmintió que se vaya a aumentar la deuda pública del país y aseguró que se respetarán contratos de Gobiernos anteriores y la autonomía del Banco de México. Después habló del medio ambiente y declaró que prohibirá el fracking y los alimentos transgénicos.
López Obrador fue enfático. Aseguró que no le iba a fallar al pueblo mexicano, pero reiteró su intención de olvidar a los funcionarios corruptos de los gobiernos pasados ya que “meteríamos al país en una dinámica de fractura, conflicto y confrontación. Y ello nos llevaría a consumir tiempo, energía y recursos”, señaló.
Esta es quizás una de sus propuestas más contradictorias y controvertidas.
López Obrador aseguró que ha sido la corrupción la que precisamente ha detonado la inseguridad y violencia que padece el país y que hizo del 2017 el año más violento de México en las últimas dos décadas.
Por eso anunció la creación de una guardia nacional integrada por fuerzas de la Marina y el Ejército para custodiar las calles del país, sin militarizar el país.
Las políticas sociales redondearon su discurso. Dijo que cancelará la “mal llamada reforma educativa” y prometió salud y estudio gratuito.
Primero «los vulnerables y desposeídos»
Por ellos y para ellos fue su discurso. AMLO aseguró que “gobernaría para todos” pero priorizaría a los ciudadanos de menos recursos. Por eso dijo que proporcionaría becas estudiantiles y de aprendices en empresas, créditos a agricultores y atención médica universal, entre muchas otras medidas para favorecer primero a “los vulnerables y desposeídos”.
También agradeció la presencia de la veintena de jefes de Estado y un centenar de representantes de países que acudieron a su ceremonia de investidura. Destacó el «trato respetuoso» que recibió por parte de su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, que en un gesto «de amistad» envió a su hija y asesora, Ivanka Trump.
López Obrador no dejó de mencionar al presidente venezolano Nicolás Maduro, que, aunque no estuvo en el Congreso, fue abucheado al grito de «¡dictador, dictador!», por los congresistas de la bancada conservadora.
Antes de terminar su discurso, el líder de izquierda recalcó la transformación de México: «nos vamos a convertir en una potencia económica mundial y, sobre todo, en un país modelo que habrá de demostrar al mundo que acabar con la corrupción es posible, construyendo una sociedad más justa, democrática y fraterna, siempre alegres».
El presidente saliente, Enrique Peña Nieto y quien fue criticado por sus reformas en el mensaje de AMLO, le deseó “el mayor de los éxitos” en su Gobierno.
Este primero de diciembre arrancó la era Andrés Manuel López Obrador.
fuente: www.france24.com