Los Celtics imponen el respeto frente a los Cavaliers
Durante toda la jornada de domingo solo hubo un equipo en el TD Garden. Ese plantel fue Boston, que ha entrado con gran pie en sus segundas Finales de Este consecutivas. Victoria clara ante Cleveland (108-83) y 1-0 para los Celtics, que ni necesitaron apelar al rugido de su gente, de su afición, para apretar al rival. Nada de eso fue necesario porque los Cavaliers quedaron desarbolados desde el salto inicial. Y salvo algún momento puntual en la segunda mitad, en el tercer cuarto, no fueron enemigo de los hombres de Brad Stevens.
Los Celtics empiezan fuerte
Cuando decimos que Boston comandó todo desde el principio es porque Boston lo hizo así, casi literalmente. Cuatro puntos seguidos de Kevin Love colocaron el 3-6 para los visitantes, la única ventaja en todo el día. Desde ahí, el rodillo de los Celtics, basado en el dominicnao Al Horford y Jaylen Brown para estos espacios iniciales. Fue Horford quien con 6 puntos seguidas, un triple y un 2+1 situó el 21-7 para Boston. Las primeras alarmas no podían ser más reales, más ciertas. El ala-pívot amasaba 11 de los 21 tantos de los suyos, pero más allá de su cota de protagonismo, real y necesaria, Boston funcionaba como un colectivo.
Los Cavaliers, una sombra
Cleveland, que llegó a firmar un 0/11 en triples, luego ligeramente maquillado con un 4/26, era todo lo contrario a un equipo. LeBron James, 7 puntos al descanso, era la vida imagen de una escuadra donde si su líder no carbura el sufrimiento es atroz. Con su jefe en horas bajas, el resto de titulares de los de Tyronn Lue tampoco estuvo a la altura. Y eso se tradujo en un claro 36-18 al término del primer cuarto. Se trataba de la mayor desventaja al final de un primer cuarto que acumulaba LeBron en unas Finales del Este. Elocuente y significativo.
Todo sentenciado al descanso para Boston
Las cosas no iban bien para los vigentes campeones del Este, que deberán remar muchísimo si quieren repetir las coronas de 2015,2016 y 2017. Incapaces en defensa, el 61-35 con el que se cerraban los primeros 24 minutos de partido no auguraba nada bueno para Cleveland, hecho aguas en defensa. Por incapacidad y por una cierta falta de actitud.
Incluso así, a los Cavaliers algo les tuvo que picar en la piel porque lo mejor que hicieron fue un tercer cuarto digno, el único parcial que se llevaron en el choque (17-29). Una canasta sobre la bocina de George Hill situaba el 78-64. ¿Había vida para Cleveland?.
Espejismo
Pues no. Fue un espejismo. Las esperanzas las arrancaron de cuajo los Celtics con un comienzo muy fuerte del último cuarto. Un parcial de 7-0 en menos de dos minutos explicó, por si alguien tenía dudas, que esto era ya un claro 1-0.
El resto del partido sirvió para ver a LeBron sentado muchos minutos, algo no muy común en estos playoffs. Fue un mal trabajo para él, con solo 15 puntos, que incluso así le dejaron como el segundo máximo anotador del duelo, por detrás de Kevin Love (17). Así estaba el nivel de Cleveland esta noche.
Boston, por su lado, ni tuvo que exprimir a sus puntales. Horford y Brown, 20 y 23 puntos, no necesitaron estar ni media hora sobre la pista. Sí la estuvo y la sobrepasó Jayson Tatum (37 minutos y 16 puntos). El novato deja en siete el número de partidos seguidos de playoffs con al menos 20 puntos. Es el segundo que más tiene en la historia, empatado con Donovan Mitchell y solo superado por Lew Alcindor, luego Kareem Abdul-Jabbar (10, en 1970). Marcus Morris, cuyo nombre ha sonado mucho estos días por sus palabras sobre sus capacidades defensivas sobre LeBron, estuvo formidable, con 21 puntos y 3/4 en triples.
El martes, segundo encuentro de la serie, también en el TD Garden. Boston ha defendido su factor cancha, de momento. A Cleveland tendrá su nueva oportunidad en algo más de 48 horas.