34 niños y niñas del CAID completan su plan terapéutico; la familia crece y se elevan a 189 los egresados

Al Hecho, Santo Domingo. | Entre manifestaciones de alegría, agradecimiento y grandes emociones, el Centro de Atención Integral para la Discapacidad (CAID), presentó a 34 niños y niñas que completaron su plan terapéutico integral.

Con ellos, se eleva a 189 la cantidad de egresados desde que la entidad entró en funcionamiento.

“Mi apellido es CAID”

En la emotiva ceremonia denominada “Mi Apellido es CAID”, se proyectó un video testimonial en el que cinco familias compartieron sus experiencias durante el proceso terapéutico.

Tranquilidad

Para ellos el CAID se convirtió en una familia que les llevó tranquilidad ante la desorientación, que se constituyó en una bendición inmensa y en un centro que les tomó de la mano para guiarlos y llevarles a puerto seguro.

El CAID es una institución que trabaja con niños y niñas con las condiciones de síndrome de Down, autismo y parálisis cerebral.

La actividad estuvo encabezada por el director del CAID Santo Domingo Oeste, Moisés Taveras y la supervisora de Servicios de Salud, Mayra Ramos, quienes entregaron a los niños y sus familias el certificado de participación, una fotografía enmarcada, un regalo funcional y una sesión de fotos familiares en disco compacto (CD).

Al recibir su certificado, uno de los egresados pidió el micrófono para, de forma espontánea, decir: “Buenos días, soy Kevin Manuel Ramírez. Tengo 10 años de edad y felicito a Cándida Montilla”. De inmediato, recibió lluvia de aplausos de parte de los presentes.

También fueron reconocidos 12 padres por su compromiso y colaboración constante durante las terapias de los niños.

Se cristaliza un esfuerzo

El doctor Taveras manifestó que para la primera dama Cándida Montilla de Medina y todo el personal del CAID, compartir este momento con las familias siempre ha sido de mucho orgullo porque cristaliza un esfuerzo y pueden celebrar el logro de los objetivos terapéuticos obtenidos por sus niños y niñas.

Con gran corazón

Taveras expresó que la actividad pone de manifiesto cómo un trabajo que se ha realizado con gran técnica pero también con gran corazón genera una serie de vínculos que va mucho más allá del compromiso laboral.

“Recuerden que el CAID va a seguir abierto para ustedes en diferentes servicios y siempre cualquier necesidad que puedan tener independientemente de que no estén en un programa activo dentro del centro”.

Analís ya puede vestirse sola

En tanto que Saudy Rosario, madre de Analís Aquino Rosario, expresó que las terapias del habla y ocupacional le han funcionado muchísimo, con su niña.

“Mi niña era un poco individual, pero hoy en día ella comparte sus juguetes, socializa con los demás y cuando vamos al supermercado me dice… Mami falta el arroz o la leche, agarra por sí misma un carrito.  También puede vestirse sola, que era una de las inquietudes que tenía al llegar aquí”.

Un testimonio similar tiene Pastora Ureña, madre de Enerolina Mieses Ureña, quien explicó que su hija aprendió bastante en psicopedagogía, y la están preparando para educación regular, a través del CAID.

Enfocado en las familias

Para Charles Fernández y Zunilda Perdomo, padres de Gia Jermayony, el trabajo que el CAID realiza es enriquecedor porque no solo se enfoca en el niño, sino también en las familias.

Una bendición

A los padres de Gala Cepeda, Jonathan Cepeda y Luz Pérez, también les gustó y les ayudó mucho la terapia ocupacional.

«Cuando llegamos aquí, que nos hicieron un plan de trabajo para la niña fue algo conmovedor y relajante. «Este centro ha sido una bendición».

Igualmente para Lannha Soto, madre de Brianna Aleeza Castillo Soto, como familia les ha beneficiado mucho la terapia de lenguaje y psicopedagogía y una de las favoritas de su hija fue Habilidades Sociales.

Consideró que la terapia tiene un porcentaje muy importante en el avance de los niños pero que es responsabilidad de los padres dar seguimiento en el hogar.

Sofía Globitos

La actividad finalizó con una presentación artística de Sofía Globitos, a quien de manera espontánea se acercaban los niños para bailar y cantar.