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Guaidó trata de acercarse a los aliados de Maduro y pide a México abandonar la neutralidad

Al Hecho, Venezuela. | Juan Guaidó ha multiplicado este viernes los esfuerzos para alejar de Nicolás Maduro a sus principales aliados internacionales. El político trata de convencer a Rusia y a China de que les convendría un cambio de Gobierno en Venezuela apelando a su pragmatismo económico. Y mientras Pekín ha admitido contactos con todos, también con el entorno del presidente interino, este ha enviado una carta a los mandatarios de México y Uruguay para que reconsideren su posición neutral. El conflicto, en su opinión, no se puede resolver a través de una negociación.

El presidente de la Asamblea Nacional sabe que ya tiene el apoyo incondicional de decenas de Gobiernos, empezando por la Administración de Donald Trump, la primera en reconocer su cargo. La segunda fase de su plan consiste ahora en enfriar las relaciones de Maduro con algunos de los países que le han sostenido hasta ahora, política y económicamente, y llamar a la conciencia de los que se han mostrado más tibios ante el proceso activado hace diez días con su jura.

El objetivo central de su estrategia consiste, a corto plazo, en acorralar al sucesor de Hugo Chávez dentro y fuera de Venezuela. Y mientras llama a los ciudadanos a movilizarse este sábado de forma masiva, un paso necesario para demostrar que cuenta con apoyo popular, redobla los esfuerzos para convencer a todo el mundo de que el fin del chavismo beneficiaría incluso a los que le siguen brindando su respaldo

“A ustedes también les conviene un cambio de Gobierno”, dijo durante la presentación de su proyecto de transición, llamado plan país. “Lo que protege la inversión es la seguridad jurídica, el Estado de derecho», aseguró en referencia a los intereses de Rusia y China, que junto con Turquía son los principales socios internacionales del chavismo y acreedores del Gobierno. Estos países desoyeron el llamamiento de Guaidó y se mantienen fieles a Maduro.

Representantes de Moscú y Pekín han insistido en que solo reconocen su cargo de presidente del Parlamento. No obstante, el Ministerio chino de Asuntos Exteriores concedió que está conversando con todos los actores del conflicto. Existen “contactos cercanos con todas las partes”, dijo el portavoz de la cancillería en una comparecencia, aunque lo ciñó a la búsqueda de un proceso de diálogo.

Sin embargo, Guaidó está preocupado también por la disparidad de criterio en América Latina. Este viernes envió una carta a los Gobiernos de México y Uruguay en la que les insta a desligarse del chavismo y evitar ser neutrales, al considerar que su posición supone, de facto, un respaldo a Maduro. Ambos países están tratando de impulsar una salida negociada a la crisis venezolana, que pasaría por la creación de una mesa de diálogo. Una iniciativa que la oposición venezolana rechaza de momento de plano, después de años de intentos fallidos que desembocaron, el pasado mes de mayo, en unas elecciones presidenciales convocadas sin garantías ni observación independiente.

“Acudimos a su conciencia y a sus valores democráticos y humanos para que reflexionen y se coloquen del lado correcto de la historia, que no es otro que el de la libertad”, escribe el presidente interino en una misiva dirigida a Andrés Manuel López Obrador y a Tabaré Vázquez (presidentes de México y Uruguay, respectivamente). La neutralidad, en su opinión, es inadmisible moralmente en esta circunstancias, además de perjudicial para su plan.

Contactos directos

La carta, en cualquier caso, no ha sorprendido al Gobierno mexicano. El presidente interino les ha trasladado en diversas ocasiones la necesidad, a su juicio, de que se desmarquen del chavismo para evitar cualquier balón de oxígeno a Maduro. La cancillería mexicana mantiene contacto directo con Guaidó desde hace semanas, aunque aún no se han reunido con él ni hay visos de que, de momento, ningún representante mexicano viaje a Venezuela para ello, pese a los continuos llamamientos al diálogo.

Con quien sí se ha sentado a hablar el Gobierno mexicano es con el equipo de Maduro. Este martes, Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y uno de los hombres más cercanos al líder venezolano, mantuvo un encuentro con el subsecretario de Exteriores para América Latina, Maximiliano Reyes. En la reunión, Rodríguez trasladó al Gobierno mexicano la intención de impulsar un diálogo y garantizó, según las mismas fuentes, que ningún tema estaría excluido en el caso de que ambas partes se sentaran a hablar con la voluntad de encontrar una solución.

En el Gobierno mexicano defienden que un cambio de postura hacia Venezuela no resolvería nada y, sin embargo, echaría a perder la congruencia que han mantenido en las últimas semanas, escudado en su interpretación de la Constitución por la que México no debe intervenir en el extranjero. Además, consideran que la opinión pública mexicana está de acuerdo con el papel de López Obrador. Según una encuesta del diario Reforma —que mantiene una línea editorial crítica con el Gobierno—, el 68% de los mexicanos opina que México no debe intervenir en conflictos internacionales y el 70% considera que, en el caso de Venezuela, la posición del Gobierno debe ser de neutralidad.

“Todo el mundo está tomando partido y eso creemos que no sirve para nada, el termómetro está cada vez más rojo”, resume un funcionario del Gobierno mexicano al tanto de las conversaciones con ambas partes. Para la Administración de López Obrador, las posiciones en Venezuela se están polarizando cada vez más, lo que, por un lado, creen, no facilita un espacio para el diálogo, pero sí para un recrudecimiento de la violencia.

Este sábado marcharán, en distintos sectores de Caracas, los partidarios de Guaidó y los chavistas.

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