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El entorno de Carmelo lucha contra la idea de que no es un jugador de equipo

Al Hecho. | El culebrón de  sigue dejando capítulos. Convencido de que aún tiene sitio en la NBA, el verano se ha convertido en una especie de gira en la que tratar de convencer a los equipos de que sería un buen ajuste para ellos. Por ahora no lo ha conseguido. Aunque desde Nueva York apuntan a que Kevin Durant y Kyrie Irving han instado a los Nets a que lo firmen, e incluso Frank Isola de The Athletic señala que sus representantes han hablado con Philadelphia, la realidad es que por ahora no hay una oferta en firme –siquiera una invitación para realizar un entrenamiento oficial–.

La resolución del caso Melo es incierta. Royce White –sí, ese jugador que no terminó de empezar su carrera por problemas de ansiedad–, no se explica cómo Jared Dudley tiene sitio en la NBA y Anthony no; la cuestión es que no se trata de una motivación meramente baloncestística, sino de lo que en el mundillo de la Liga entienden como un jugador cuyo estatus pasado y personalidad presente le impiden encajar en el rol que los equipos querrían asignarle.

Esa es la percepción contra la que está luchando el entorno de Carmelo. Según varias fuentes, las franquicias que podrían ver con buenos ojos su contratación tienen dudas de que vaya a adaptarse a salir desde el banquillo para jugar minutos limitados, algo que a su vez influiría en su capacidad para ser mentor de los jóvenes y contribuir a que crezca la cultura del equipo. Con esa idea pululando en el ambiente, Sean Deveney de Heavy.com señala que los representantes y allegados del jugador están presionando para eliminar esa creencia.

El objetivo de los agentes de Anthony es acabar con la percepción de que no puede ser un jugador de equipo, así como que su mentalidad de anotador y las quejas que ha tenido anteriormente por sus roles lo convierten en un factor negativo para un gran equipo con aspiraciones. Según fuentes de la liga, sus representantes se están mostrando muy agresivos en este aspecto.

Habla el pasado

Sin duda se trata de un arduo trabajo, ya que los actos superan en credibilidad a las palabras. En su presentación con Oklahoma City Thunder, allá por el no lejano 2017, Carmelo fue cuestionado por si saldría desde el banquillo. Su reacción no tuvo desperdicio. Dijo en tono jocoso: “Me dicen que si voy a salir desde el banquillo”. Justo después llegó la carcajada.

Ya en abril de aquel 2017 los Thunder eran eliminados en primera ronda de playoffs. Entonces, dado el fracaso del equipo, Melo fue nuevamente cuestionado por si cambiaría su rol por el bien colectivo. Se mantuvo firme: “No pienso convertirme en un jugador de banquillo. Esto está fuera de toda duda”. Su empecinamiento acabó con su salida a Houston, donde solo llegaría a jugar 13 partidos en la temporada 2018-19 tras ser señalado como culpable en el mal comienzo de los Rockets (4-6). Fueron, por ahora, sus últimos partidos en la NBA.

¿Falso culpable?

Ahí es donde ponen el acento sus representantes. Pese a entender que puede que Melo se haya equivocado en algún momento, incluso que alguna declaración haya proyectado una imagen que no se ciñe a la realidad, creen que el peso que han cargado sobre sus hombros es excesivo. Los Thunder cayeron con él en primera ronda, cierto; pero un año después, ya sin su ‘lastre’, chocaron con el mismo techo. De su etapa en Houston hay poco que decir. Apenas había echado a andar cuando fue despedido. ¿No era lo que necesitaban en Texas? Puede. Pero en todo caso sería un fallo de planificación del equipo. La cuestión es que ya tenga más o menos culpa en estos hechos, la realidad es que ha habido dos intentos fallidos en los que él puso quizás menos de su parte de lo que debería.

Pide una oportunidad

A sus 35 años, Carmelo solo quiere jugar. Siguiendo la línea trazada para encontrar un lugar en el que mantenerse en activo, a principios de agosto concedió una entrevista a First Take de ESPN en la que remarcaba que su mentalidad ha cambiado. Primero admitía, con matices, que en OKC no estaba preparado mentalmente para dar un paso atrás. Seguidamente, explicaba que en Houston comprendió que debía hacerlo, pero no le dieron tiempo. Ahora sabe que su papel en la NBA ha cambiado. “Creo que esto ya se trata de mí como persona dispuesta a aceptar ciertos roles en un equipo de baloncesto. ¿Estoy dispuesto a aceptar un rol específico? Sí. En Houston llegó el momento de aceptar ese rol. Justo estaba empezando a aceptarlo”. Carmelo pide otra oportunidad.

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